Soy la espina, soy el pétalo,
sobre mi propia tumba,
la que yo mismo cavé
en mi mente y corazón.
Soy el vacío que nunca
podrás rellenar, soy tu infancia
fallecida con los años.
No soy un conocido,
tampoco un extraño,
soy alguien que vivió y murió
y que palpas con el tiempo.
Soy el que te controla,
el que muere dentro de ti,
encerrado en la libertad,
muerto en vida.
Soy tus veintisiete y es que
tienes los días contados,
aún así sigues sin apreciarlos.
Soy tu vida y a la vez tu muerte.
Soy yo.
Soy yo.
.
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