Siempre con todos, nunca con nadie,
haciendo su soledad un amigo poco sociable,
despertando cada mañana sin nadie en
su pecho, sin hacer de eso un derecho.
Sin queja aparente de su estado,
matando a aquel malvado pasado
día a día, futuro incierto.
Sin caricia en mente perturbada,
el alma jamás quedará como masturbada.
El placer aparente para los malos,
aquí no hay sitio para los solitarios.
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