Angostas calles, faroles rotos,
gritos de eco que resuenan en olivares,
casas abandonadas, oscuros lugares.
Caminando a paso lento,
mar como cerebro,
peces como ideas,
sigo por el cerro.
Pinares ahora visibles,
altos como montes,
el viento cambia,
ahora viene,
ya se va.
Precioso el coral, precioso el paisaje,
preciosa la naturaleza, que hace de mi vida un paraje.
Precioso el verde y la soledad, preciosa la primavera,
preciosa ella, que no está a mi vera.
Maravilloso como siempre Angel. Besitos de Eri
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